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En la presente edición del concurso bulthaup | La cocina como espacio vital, el jurado concedió una segunda mención al proyecto “Loft 01” del estudio Nada, en el que destacó “la elegante resolución planteada en un espacio reducido, con la incorporación de soluciones que permiten la utilización flexible de los distintos ámbitos, maximizando así el volumen existente”.
Menos es más.
En su memorable opúsculo de 1933 “El elogio de la sombra”, en el que reivindica la arquitectura japonesa, Junichiro Tanizaki escribió: “el refinamiento es frío”, mientras por la misma época Mies van der Rohe afirmaba que “menos es más”. Citas que se hacen presentes al ver el loft concebido por el estudio Nada, pues si algo define este espacio es su concisión.
Siguiendo la loable tendencia actual de poner en valor los barrios históricos de nuestras ciudades, durante tanto tiempo olvidados y abandonados, este ático se encuentra en una esquina privilegiada del valenciano barrio del Carmen sobre el mercado de Mossen Sorell.
Un ejercicio de integración.
El ático, de apenas 80 m2 y concebido como vivienda para una sola persona, consta de salón, comedor, cocina, dos habitaciones y dos baños, zona de estudio, lavadero y vestidor. El conjunto, estructurado en dos niveles, constituye un auténtico ejercicio de integración en un espacio que se quería diáfano.
Uno de sus elementos más característicos es el muro de carga recuperado, que se abre con seis ventanas a sus dos fachadas y deja a la vista el ladrillo de su fábrica original. El resto del apartamento prioriza la austeridad y la ligereza con el objetivo de potenciar la luz procedente del exterior. Para ello, los arquitectos han articulado el espacio alrededor de un cubo funcional, en el que se integran uno de los baños, el lavadero y los módulos técnicos y de almacenamiento de la cocina. La gama cromática se resume en dos colores: el blanco para paredes, techo y elementos integrados y el azul cobalto para el suelo de la planta principal, que contrastan vivamente con el ladrillo del muro de carga y la madera de las ventanas y el suelo del altillo.
Destaca asimismo entre las singularidades del proyecto la utilización de mecanismos abatibles que permiten crear espacios de forma efímera evitando así la rigidez de las divisiones permanentes.
Una cocina para cocinar.
La cocina bulthaup b3 en color caolín se integra a la perfección con los muebles también blancos de su entorno. Se compone de una isla con placa de cocción, módulos de almacenaje y encimera de acero inoxidable orientada hacia las ventanas, que recibe la luz directamente del exterior y sirve de articulación entre la zona del estar y el comedor. Tras ella, integrados en el cubo funcional, se encuentran los módulos técnicos así como un seno integrado en otra encimera de acero inoxidable.
Una cocina reducida a lo esencial, elegante y sin elementos superfluos, que invita a la conversación y la elaboración sosegada de una buena comida entre amigos, rodeados por la nítida luz de Mediterráneo.
Cocina: en colaboración con bulthaup Valencia
Fotógrafo: Daniel Rueda.